¿Qué pasa en el cruce? No la acción en si de cruzar un limite geográfico, el otro.
Ese instante en que decides dejar tu casa, tu vida, tu idioma. Ese segundo en que la esperanza pesa más que el miedo.
Esta no es una historia de fronteras, es sobre todo lo que se rompe antes, durante y después del cruce.
El Cruce es un archivo vivo de memorias. Un refugio para las historias que no salen en las noticias. Las de quienes se fueron sin querer irse. Algunos con documentos, otros con una mochila y la fe. Unos caminaron días enteros, otros muchos cargaron a sus hijos y otros tantos fueron cargados. Todos dejaron algo atrás. Y ninguno volvió a ser el mismo.
Aquí se escucha lo que tantas veces se calla: Voces que pasaron por desiertos, por selvas, por ríos… y que aún tiemblan, aunque ya estén “del otro lado”. Porque el cruce no empieza en la frontera ni termina al cruzarla. Empieza con una pérdida. Y muchas veces, sigue con el silencio y un duelo eterno.
Este proyecto existe para que esas ausencias tengan nombre, así sea una palabra. Para guardar lo que duele y lo que resiste. Para que quienes cruzaron, y quienes no pudieron hacerlo, tengan memoria.
Y voz.