No eres un número. No eres un expediente. No eres lo que te llaman los titulares.

Cruzaste fronteras, quizás solo, quizás llevando un hijo en el vientre o en tus brazos, quizás dejando atrás toda tu vida. Contuviste la respiración. Lo lograste. Sigues aquí.

El Cruce fue creado para ti, para honrar lo que viviste y sobreviviste, para darle espacio a tu voz.

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No necesitas palabras perfectas ni papeles; puedes compartir tanto o tan poco como quieras; puedes hablar en inglés, español, criollo haitiano o en el idioma que recuerdes. En El Cruce, estamos aquí para escucharte: las partes difíciles, las partes tranquilas, lo que no has dicho antes. Nos encantaría saber tu nombre, aunque sea solo tu primer nombre. Una palabra. Un lugar. Algo que guarde tu historia con cariño.

Nos encantaría conocer tu historia, desde el respeto y la seguridad. Puedes enviar una carta, una nota de voz, un poema, un recuerdo o una foto. Puedes escribir largo o corto, con crudeza o con dulzura; pero también entendemos lo aterrador que puede ser ser visto, especialmente en estos tiempos.

Recibimos con los brazos abiertos las colaboraciones anónimas; no necesitas dar explicaciones. No necesitas justificar tu miedo, aquí estás a salvo. Y si te sientes listo para hablar más, nos encantaría entrevistarte para el podcast. Solo si estás dispuesto. Solo cuando te sientas seguro. No tienes que mostrar tu rostro ni tu voz real; no tienes que ser perfecto, solo tienes que ser tú mismo.

Tu historia importa y te escucharemos porque no estás solo y nunca debiste haber tenido que cargar con todo esto tú solo.